Hoy día el líder indígena se debería retorcer en su tumba, cuando después de un siglo, los indígenas siguen viviendo en la miseria, habitan ranchos totalmente desposeídos de servicios públicos y en sus cabecitas predominan los ectoparásitos carcomiendo las ideas reivindicatorias.
GISELA DELGADO
giseladelgadotejada@gmail.com
Si bien es cierto que en el Cauca históricamente han habitado poblaciones indígenas de diversas etnias: paeces, guambianos, yanaconas, entre otros, que durante siglos han logrado preservar su cultura y resistido a la extinción -distinto a como sucedió con indígenas americanos o la diezmada población de los Mapuches chilenos.
La conservación de su cultura y sus derechos no ha sido un proceso fácil, ha corrido sangre por esta conquista, sin embargo en un departamento que tiene además población mestiza, campesina y negritudes, no hay que dejar de lado sus organizaciones, que sin ser tan estructuradas para defenderse de la expansión y el monopolio, pueden interlocutar de manera seria con el estado, para que le sean asignados recursos a los que como ciudadanos tienen derecho.
No obstante los altos mandos del gobierno se sienten satisfechos por interlocutar con los indígenas, creyendo que al llegar a acuerdos con estos, ya le han solucionado los problemas al Cauca.
El Dr. Quintino, como fue llamado Manuel Quintín Lame; era un autodidacta que se instruyó sobre el origen de resguardos y cabildos concebidos en la colonia por el Rey español.
Para él, esto último fue inexplicable, absurdo desde su punto de vista que un fulano extranjero distribuyera la tierra de nuestra América.
Hoy día el líder indígena se debería retorcer en su tumba, cuando después de un siglo, los indígenas siguen viviendo en la miseria, habitan ranchos totalmente desposeídos de servicios públicos y en sus cabecitas predominan los ectoparásitos carcomiendo las ideas reivindicatorias.
Mueren de tuberculosis y desnutrición y sus datos se suman a las estadísticas siendo unos mas de los desprotegidos de un sistema insuficiente y corrupto.
Es aquí donde uno se pregunta ¿A dónde se va la platica que el gobierno les da a los pueblos indígenas? En los bolsillos ¿de quiénes se quedan estos recursos? ¿Será que los indígenas nos salieron más ‘vivos’ y que amparados en la ficción de la cultura y ‘conservación del medio ambiente’, justifican el atraso al cual está sometido el indígena común, que no pertenece a las elites organizativas?
Es por esto que veo con recelo ese matrimonio con una luna de miel ante el actual gobierno; pretendiéndole vender al Cauca la idea de una concertación para nuestro bien departamento. Pero nos olvidamos del campesino cuyas organizaciones como la Anuc, lucharon también por el derecho a la tierra, aunque fueron destruidas a propósito por el mismo estado, que le interesa fragmentar para dominar más fácilmente.
Nuestro campesinado está expuesto al desplazamiento y la desaparición no sólo forzada sino a su invisibilizacion como interlocutor válido.
Por eso hoy forma parte de los cordones de miseria urbana en Popayán, con el lastre y el veneno del consumo aprendido en su oficio de raspachín.
Nuestras negritudes si bien, también se esconden entre el plátano el pescado y la rumba: NO escapan tampoco a esta miseria ancestral que ha sumado a nuestro subdesarrollo como departamento… ¿Será que los indígenas se han vuelto además, el escalón para los politiqueros de oficio?
La sanción que le aplicaron a mestizos elegidos como candidatos de las negritudes, ¿Se le aplicará también a mestizos elegidos por indígenas? ¿Y a todos quienes eligen personas ajenas a su raza?
Ah me olvide de los ‘blancos’, pero en realidad ¡estos no existen en Colombia!
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