octubre 2016
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Con profundo dolor de padre y con la tristeza por el vacío infinito que deja la pérdida de un hijo, escribo esta nota sobre la muerte, el pasado 19 de octubre, de mi hijo Wilmar Córdoba Forero.

¿Cómo explicar el asesinato de un hijo en medio de tanto dolor y miedo, pero también en tiempos que se tejen nidos para albergar hijos de la paz?

Quiero iniciar por agradecer a todas las personas que han enviado mensajes de condolencias, solidaridad y apoyo. Quiero expresar mis más sinceros agradecimientos por tantas voces que me preguntan cómo pueden ayudar, pues les pido me ayuden solicitando a las autoridades correspondientes que se investigue e identifique a los  responsables de este crimen. Mi silencio de estos días obedece al dolor profundo que siento como padre, de impotencia, pero también pensando en aquellos que aún siguen en la zona sin garantías ni protección.


Wilmar fue asesinado mientras atendía un negocio de su suegra, había llegado a Belén de Bajirá huyendo por amenazas de los paramilitares después del asesinato de su hermano menor materno en Riosucio Choco. Había logrado quedarse en la casa de la mamá de su novia con la que vivía y deja una niña de 5 meses. Wilmar estaba terminando el bachillerato y en tiempos libres trabajaba con su suegra como vendedor de plátano. Tenía 21 años de edad, era un joven tranquilo que evitaba problemas, muy dedicado a su trabajo y al estudio, pero también a su familia. Con una hija sentía la responsabilidad de ser padre y mientras ese día trabajaba para responder con ese deber los asesinos se dedicaban a planificar su muerte. Fueron  cuatro hombres los que terminaron con su vida, uno de ello llego desde Riosucio, mientras que los  otros tres llegaron procedentes de Turbo. Me informaron que ellos hacen parte de una banda criminal de paramilitares que por sus acciones delincuenciales son conocidos en Riosucio y Turbo. El día de los hechos el grupo esperó a que Wilmar estuviera solo en el trabajo para atacarlo a machete, una forma moderna de asesinar que se ha vuelto común en esa región para desvirtuar responsabilidad y para no causar zozobra entre sus habitantes. Wilmar conoció a su agresor, pues ya habían tenido una discusión previa ese mismo día, pero él nunca pensó que el agresor tuviera intención de matarlo, además porque él no había cometido delito alguno.

Con Wilmar son tres las personas asesinadas en su familia materna en los últimos años. El marido de su mama fue asesinado 7 años atrás, hace tan solo tres meses fue asesinado su hermano menor materno de tan solo 17 años, ambos en Riosucio y, luego Wilmar, en Belén de Bajirá, todos por los paramilitares.  Belén de Bajirá es un municipio chocoano que Antioquia reclama como suyo y donde los paramilitares igualmente ejercen control.

Sus familiares no han querido instaurar denuncia penal de los hechos básicamente por la relación de convivencia que existe entre estos grupos al margen de la ley y algunas autoridades civiles y de policía en esta región del país. Sienten un gran temor de continuar siendo perseguidos, pero también por impotencia de ver como la guerra ha ido acabando con sus familiares. Tienen información que  las autoridades, a pesar de conocer los hechos y autores materiales, no han actuado para identificar y castigar a los responsables.

Wilmar fue enterrado el día sábado 22 de octubre en Turbo, Antioquia. Ese día viaje en hora de la madrugada desde Bogotá con el propósito de llegar a su funeral. El vuelo hizo su primera escala en Medellín, luego otro vuelo me llevo directo al aeropuerto de Carepa. Desde allí tome un taxi para llegar por carretera a Turbo. En la ruta pase por Apartado, una ciudad que no visitaba desde 1994. ¿Cómo no recordar esta región donde viví y trabaje durante la época más difícil del Urabá? Fui miembro del sindicato de trabajadores, allá nacieron mis dos primeros hijos y allá me salve milagrosamente de ser asesinado por el simple hecho de ser sindicalista. Por esa razón mis familiares no podían creer que estuviera de nuevo en Urabá. Mis padres me advirtieron que por seguridad no viajará pero yo decidí ir, pese a la situación de seguridad se trataba de asistir a su entierro. A mis padres les compartí la noticia cuando ya estaba en Turbo.

Mientras esperábamos la hora del funeral me reuní con algunos familiares que la guerra obligó a salir y viven en condición de desplazados en esa ciudad. Con ellos recordamos la crueldad de esta guerra y los familiares que hemos perdido. Uno de ellos me contó que Wilmar le había dicho días antes que tuvo conocimiento de hombres que habían llegado a Bajirá procedentes de Riosucio buscándolo y por esa razón él sentía miedo. Permaneció encerrado por varios días en casa de su suegra, pero ese día 19 tuvo que salir a trabajar para cubrir necesidades básicas de su pequeña hija que presentaba problemas de salud. En el momento que su suegra salió fue cuando los cuatro hombres llegaron al negocio y lo hirieron a machete. Algunos vecinos dieron a viso a la suegra pero cuando ésta llego Wilmar ya estaba en el piso inconsciente. Ella y los vecinos de inmediato lo subieron a un auto particular con el propósito de que fuera atendido en el hospital de Apartado. Ya en el camino murió, no alcanzo a llegar al hospital,  había muerto por la gravedad de las heridas.
Wilmar nació en 1995 en Riosucio, pero un año después, por el operativo militar y paramilitar que se desarrolló en ese municipio conocido como “Operación Génesis” yo tuve que salir huyendo para salvar mi vida. La Operación Génesis marco mi vida para siempre, me alejo de Wilmar, de mis padres, hermanos y demás familiares, me llevo a vivir a los Estados Unidos por los últimos 14 años, y a pesar de que estoy ahora de vuelta en el país, aún sigo bajo constantes amenazas y riesgo por mi trabajo. La vida de los riosuceños también cambio, esas más de veinte mil personas que según algunos informes tuvieron que huir de ese municipio a diferentes lugares del país entre 1996 y 1997 para salvar sus vidas, siguen disperso y bajo su propio destino, aunque aún sueñan con regresar un día, los que viven en Turbo manifiestan, que no hay las condiciones de seguridad ni las garantías del Estado para garantizar sus retornos. Como desplazados no reciben ayuda económica y en la ciudad viven del rebusque.

El dolor riosuceño ha sido profundo por la pobreza histórica, el abandono estatal y por el sometimiento de los actores armados a la población civil. La guerra ha sido utilizada principalmente para imponer un modelo económico extractivo inconsulto  afectando profundamente la economía tradicional y la cultura de los pueblos étnicos y campesinos, ha destruido el liderazgo comunitario y se ha creado una dinámica de sometimiento, miedo, muerte y terror. Riosucio ha sido cuna de empresas como Maderas del Atrato, Pizano S.A, Maderas del Darién, entre otras. Esta última aún sigue en la región dedicada al negocio de especies como el Cativo, una especie en vía de extinción, goza de concesiones para el aprovechamiento forestal y  está protegida por estos grupos armados. Los paramilitares llegaron a Riosucio en 1996 empujados por la Brigada XVII del Ejercito al mando del General Rito Alejo del Rio, bajo el visto bueno del entonces Gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, su propósito era proteger a la empresa de las amenazas, que según ellos, constituía para ese entonces la adjudicación de los títulos colectivos del territorio para negros e indígenas-derechos reconocidos en el marco de la Constitución Política de Colombia, en la Ley 70 de 1993 y en la Legislación Indígena-.

Los paramilitares en asocio con empresarios se apoderaron de territorios de las comunidades de la región y en el gobierno de Uribe recibieron préstamos financieros para la siembra de Palma aceiteras (palmas africanas).  Hoy las comunidades informan que durante los últimos años habido un incremento significativo de la fuerza pública en la región, pero los paramilitares transitan libremente sin que haya control militar para evitar sus acciones criminales. A principio de este año se denunció la llegada a la zona de por lo menos mil hombres armados pertenecientes a la estructura paramilitar de los gaitanistas.  Bajo esta realidad son pocas las muertes de civiles que se denuncian y cuando esto sucede se hace por personas distintas a los habitantes. Bajo este mundo de impunidad viven los familiares de Wilmar, que aún se niegan a instaurar denuncia penal. Pero estos casos se repiten en muchas otras familias. 

“La guerra ha sido y mientras siga seguirá siendo dolorosa para padres y madres, para familias pobres que no tienen otra opción que vivir en medio de ella y que sus hijos o son las víctimas o son los victimarios. Mientras hoy millones de colombianos trabajamos incansablemente para que esta llegue a su final, otros persisten en su intento de mantenerla viva como un medio de proteger sus intereses políticos y económicos sin que ese dolor de otros les afecte para nada”

Vivimos en tiempos en el que país busca la paz para salir de esta pesadilla de la guerra y dolor. Millones nos soñamos con un país mejor capaz de vencer ese miedo para llegar a la verdad, porque la verdad y la justicia serán más poderosas que el terror y la impunidad. El diálogo de paz entre el gobierno y las insurgencias debe llevarnos a todos a vivir en este país con tranquilidad y respeto, pero sobre todo donde las victimas encontremos justicia para llegar a la verdad. Me resisto a perder la esperanza, seguiré siempre ese camino pese a las adversidades.

¿Qué pido? Lo justo hoy es esclarecer la verdad sobre el crimen de Wilmar, que haya medidas de seguridad para garantizar que su madre y demás familiares suyos y míos no sigan en riesgo, que las autoridades de policía y ejército corten toda relación criminal con los paramilitares, que las autoridades encargadas de la justicia sean garantía para que las víctimas presenten denuncias sobre hechos de violación de derechos humanos y se facilite su esclarecimiento. 

A todos los que me preguntan cómo pueden ayudar les pido que me ayuden a solicitar a las autoridades que den resultados en las investigaciones de manera ágil y veraz. Llamo a las autoridades competentes  para que expliquen qué acciones investigativas han adelantado para esclarecer los hechos que llevaron a la muerte de Wilmar, pero también de las otras muertes. Me indican familiares que el agresor principal de Wilmar quedo herido, que en el momento de la agresión Wilmar en su afán de defensa alcanzo a herirlo. Esta información no ha sido plenamente corroborada con la Fiscalía, por lo que de confirmarse ya hay un principio para esclarecer la verdad.

La semana pasada asistí con un destacado grupo de líderes afros, indígenas y campesinos a una reunión con el presidente Juan Manuel Santos, en la que  nos dijo: “las victimas tengan siempre la certeza que no les voy a fallar con el acuerdo de paz”. Queda en mi corazón y mente siempre esas palabras para terminar diciendo que las víctimas tampoco vamos a defraudar al señor presidente y a la guerrilla en su abnegado compromiso con la paz de Colombia. Wilmar me dará esa fortaleza para seguir soñando ese camino.

Desde Afrodes trabajamos convencidos de que las victimas merecemos un país sin guerra para llegar a ser más justo, enseñamos a los jóvenes victimas a no responder con el mismo dolor, pero si a dar amor a través del arte y la cultura, conociendo sus derechos y apropiarse de ellos. Aquellos que solo ven en la guerra un medio para mantener su poder, manteniendo a jóvenes inocentes ejerciendo terror y muerte, deben pensar que también son padres y que al igual que sus hijos esos que asesinan tienen padres y son hijos. 

Bogotá, Octubre 27 de 2016 

Marino Cordoba B.

Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados-AFRODES


PORQUE LA PAZ ESTA EN NUESTRO CORAZON VIGILIA POR LA PAZ


La coordinación nacional de pueblos indígenas CONPI, la alcaldía municipal de cumbal y el resguardo del gran cumbal invita. Como una forma más de contribuir a ese respaldo popular y al creciente protagonismo que viene tomando la sociedad en general invitamos fraternal y calurosa mente a las diferentes congregaciones religiosas y comunidad de fe, a las víctimas del conflicto, a las diferentes asociaciones, a los líderes, indígenas, a las juntas de acción comunal, a los jóvenes, señoritas, señores, señoras, niños y niñas, docentes, estudiantes, trabajadores de escuelas colegios, al personal que labora en los hospitales, centros de salud empresas y microempresas, a los alcaldes, concejales, gobernadores, regidores y a los medios alternativos de la región y comunidad en general. A la vigilia por la paz, por la reconciliación y la justicia social que se llevara a cabo el día el lunes 31 de octubre desde las 11 am en el polideportivo Llorente del municipio de Cumbal.  




Por:  FIPU PRESS

Un hecho histórico llena de alegría a Colombia: las luchas que libran indígenas y afrodescendientes por un mejor vivir, ahora están unidas en un proceso que no solo busca mejorar las condiciones de vida de la población étnica colombiana, además se propone trabajar por la paz con justicia social que beneficie  al conjunto de la sociedad.

No fue fácil, pero este fin de semana se logró la meta de oficializar la Coordinación Étnica Nacional de Paz (Cenpazque durante dos días (14 y 15 de octubre) sesionó en Quibdó (Chocó) para elegir sus voceros nacionales y plataforma de lucha, con el objetivo de construir un movimiento étnico por la paz de Colombia que garantice la defensa y promoción de los derechos políticos, económicos, culturales, ambientales y sociales de las comunidades indígenas, negras, afrocolombianos raizales y palenqueras”, anuncia Cenpaz en su declaración política.

Hoy cuando la ultraderecha arremete contra el sueño de los colombianos de vivir sin guerra, secuestrando la paz con la macabra campaña del No que ganó el plebiscito que aprobaría el acuerdo de paz entre Gobierno y FARC, 250 delegados llegaron por tierra y agua a Quibdó para conformar Cenpaz y derrotar a la ultraderecha, encabezada por el expresidente y líder del Centro Democrático Álvaro Uribe Vélez.

Como víctimas del conflicto social, político y armado que desangra nuestros territorios, instamos al Gobierno Nacional y a las FARC-EP, a persistir en el acuerdo firmado y dar inicio a la implementación de los acuerdos de La Habana”, exige la organización étnica.

La Coordinación Étnica Nacional de Paz estará conformada por 21 delegados nacionales que llevaran la voz de cerca de 250 organizaciones indígenas y afrodescendientes que luchan por la paz del país.

Llamamos a toda la población colombiana a defender el derecho constitucional a la paz y a reafirmar los acuerdos de paz con la FARC-EP y respaldar el proceso en curso con el ELN”.

FIPU PRESS




A continuación la declaración íntegra:



DECLARACIÓN DE PUEBLOS Y ORGANIZACIONES INDÍGENAS, NEGRAS, AFROCOLOMBIANOS RAIZALES Y PALENQUERAS DESDE EL QUIBDÓ, CHOCÓ TERRITORIO DE PAZ

    Foto: Fipu Press


Las y los delegados indígenas, negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros provenientes de la Colombia profunda, principalmente de las regiones que han padecido del conflicto social y armado y que pasado el 2 de octubre votamos mayoritariamente por el SÍ a la paz, nos reunimos los días 14 y 15 de octubre de 2016 en la ciudad de Quibdó con el objetivo de construir un movimiento étnico por la paz de Colombia que garantice la defensa y promoción de los derechos políticos, económico, culturales, ambientales y sociales de las comunidades indígenas, negras, afrocolombianos raizales y palenqueras y que abogue por la defensa y la implementación de los acuerdos de la Habana y otros proceso del fin del conflicto social y armado para la construcción de la paz con justicia social en nuestros territorios. Como pueblos y organizaciones movilizados por la paz declaramos: 

1. Como víctimas del conflicto social, político y armado que desangra nuestros territorios, instamos al gobierno nacional y a las FARC-EP, a persistir en el acuerdo firmado y dar inicio a la implementación de los acuerdos de la Habana. 

2. Ratificamos el compromiso de nuestras comunidades por la paz, y nos negamos a que nuestros territorios continúen siendo escenario, de confrontación y guerra. En las calles de Quibdó el 14 de octubre marchamos masivamente respaldando los acuerdos y exigiendo su implementación ya. 

3. Rechazamos las mal intencionadas propuestas de los sectores políticos que se abanderan de la renegociación de los acuerdos para eliminar puntos negociados que favorecen a las comunidades del sector rural y en especial el capítulo étnico de los acuerdos firmados. 

4. Condenamos las palabras racistas de desprecio del expresidente Álvaro Uribe Vélez, hacia los pueblos étnicos y su participación en los acuerdos. 


5. Apoyamos, acompañamos y nos solidarizamos con las diversas iniciativas de movilización de los diferentes sectores sociales del pueblo colombiano que exigen la implementación de los Acuerdos Ya.

6. Llamamos a toda la población Colombiana a defender el derecho constitucional a la paz y a reafirmar los acuerdos de paz con la FARC-EP y respaldar el proceso en curso con el ELN. 

Por los derechos de todas y todos damos por constituida la Coordinación Nacional Étnica Nacional de Paz - CENPAZ, como instancia de participación de las comunidades étnicas del país, representadas en los pueblos negros, afrocolombianos, raizales, palenqueras e indígenas.  La CENPAZ nace como respuesta a la legítima representación que tienen las organizaciones de base, en aras de asumir y fortalecer su autonomía en la toma de decisiones tanto del orden político, legislativo, derecho mayor y administrativo en sus planes de vida y etnodesarrollo a nivel local, regional, nacional e internacional, dentro de la garantía de derechos colectivos y el ejercicio de la autonomía, autodeterminación y soberanía de los pueblos. 

Dado en Quibdó, territorio de paz a los 15 días del mes de octubre de 2016.

Coordinación Nacional Étnica Nacional de Paz - CENPAZ



DECLARACIÓN DE PUEBLOS Y ORGANIZACIONES INDÍGENAS, NEGRAS, AFROCOLOMBIANOS RAIZALES Y PALENQUERAS DESDE EL QUIBDÓ, CHOCÓ TERRITORIO DE PAZ

Las y los delegados indígenas, negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros provenientes de la Colombia profunda, principalmente de las regiones que han padecido del conflicto social y armado y que pasado el 2 de octubre votamos mayoritariamente por el SÍ a la paz, nos reunimos los días 14 y 15 de octubre de 2016 en la ciudad de Quibdó con el objetivo de construir un movimiento étnico por la paz de Colombia que garantice la defensa y promoción de los derechos políticos, económico, culturales, ambientales y sociales de las comunidades indígenas, negras, afrocolombianos raizales y palenqueras y que abogue por la defensa y la implementación de los acuerdos de la Habana y otros proceso del fin del conflicto social y armado para la construcción de la paz con justicia social en nuestros territorios. Como pueblos y organizaciones movilizados por la paz declaramos:

1. Como víctimas del conflicto social, político y armado que desangra nuestros territorios, instamos al gobierno nacional y a las FARC-EP, a persistir en el acuerdo firmado y dar inicio a la implementación de los acuerdos de la Habana.

2. Ratificamos el compromiso de nuestras comunidades por la paz, y nos negamos a que nuestros territorios continúen siendo escenario, de confrontación y guerra. En las calles de Quibdó el 14 de octubre marchamos masivamente respaldando los acuerdos y exigiendo su implementación ya.

3. Rechazamos las mal intencionadas propuestas de los sectores políticos que se abanderan de la renegociación de los acuerdos para eliminar puntos negociados que favorecen a las comunidades del sector rural y en especial el capítulo étnico de los acuerdos firmados.

4. Condenamos las palabras racistas de desprecio del expresidente Álvaro Uribe Vélez, hacia los pueblos étnicos y su participación en los acuerdos.


5. Apoyamos, acompañamos y nos solidarizamos con las diversas iniciativas de movilización de los diferentes sectores sociales del pueblo colombiano que exigen la implementación de los Acuerdos Ya.

6. Llamamos a toda la población Colombiana a defender el derecho constitucional a la paz y a reafirmar los acuerdos de paz con la FARC-EP y respaldar el proceso en curso con el ELN.

Por los derechos de todas y todos damos por constituida la Coordinación Nacional Étnica Nacional de Paz - CENPAZ, como instancia de participación de las comunidades étnicas del país, representadas en los pueblos negros, afrocolombianos, raizales, palenqueras e indígenas. La CENPAZ nace como respuesta a la legítima representación que tienen las organizaciones de base, en aras de asumir y fortalecer su autonomía en la toma de decisiones tanto del orden político, legislativo, derecho mayor y administrativo en sus planes de vida y etnodesarrollo a nivel local, regional, nacional e internacional, dentro de la garantía de derechos colectivos y el ejercicio de la autonomía, autodeterminación y soberanía de los pueblos.

Dado en Quibdó, territorio de paz a los 15 días del mes de octubre de 2016.

Coordinación Nacional Étnica Nacional de Paz - CENPAZ

Foto: Fipu Press




Reproducimos y agradecemos el video de CNC Choco que acompaño el lanzamiento de la Coordinación Etnica Nacional de Paz. 

Declaración de pueblos y organizaciones indígenas, negras, afrocolombianos raizales y palenqueras desde el Quibdó,Chocó, territorio de paz

Las y los delegados indígenas y afrocolombianos provenientes de la Colombia profunda, principalmente de las regiones que han padecido del conflicto social y armado y que pasado el 2 de octubre votamos mayoritariamente por el SÍ a la paz, nos reunimos los días 14 y 15 de octubre de 2016 en  la ciudad de Quibdó con el objetivo de construir un movimiento étnico por la paz de Colombia que garantice la defensa y promoción de los derechos políticos, económico, culturales, ambientales y sociales de las comunidades indígenas, negras, afrocolombianos raizales y palenqueras y que abogue por la defensa y la implementación de los acuerdos de La Habana y otros proceso de fin del conflicto social y armado para la construcción de la paz con justicia social en nuestros territorios. Como pueblos y organizaciones movilizados por la paz declaramos:

1. Como víctimas del conflicto social, político y armado que desangra nuestros territorios, instamos al gobierno nacional y a las FARC-EP, a persistir en el acuerdo firmado y dar inicio a la implementación de los acuerdo de La Habana.

2. Ratificamos el compromiso de nuestras comunidades por la paz, y nos negamos a que nuestros territorios continúen siendo escenario, de confrontación y guerra. En las calles de Quibdó el 14 de octubre marchamos masivamente respaldando los acuerdos y exigiendo su implementación ya.

3. Rechazamos las mal intencionadas propuestas de los sectores políticos que se abanderan de la renegociación los acuerdos para eliminar puntos negociados que favorecen  a las comunidades del sector rural en y en especial el capítulo étnico de los acuerdos firmados.

4. Condenamos las palabras racistas de desprecio del expresidente Álvaro Uribe, hacia los pueblos étnicos y su participación en los acuerdos.

5. Apoyamos, acompañamos y nos solidarizamos con las diferentes iniciativas de movilización de los diferentes sectores sociales  del pueblo colombiano que exigen la implementación de los Acuerdos Ya

6. Llamamos a toda la población colombiana a defender el derecho constitucional a la paz y a reafirmar los acuerdos de paz con la FARC-EP y respaldar el proceso en curso con el ELN.

Por los derechos de todas y todos damos por constituida la Coordinación Nacional Étnica Nacional de Paz(CENPAZ), como instancia de participación de las comunidades étnicas del país, representadas en los pueblos negros, afrocolombianos, raizales, palenqueras e indígenas.  

Dado en Quibdó, territorio de paz, a los 15 días del mes de octubre de 2016.

Coordinación Nacional Étnica Nacional de Paz - CENPAZ



Por Fipu 10/04/2016

Los efectos de la ultraderecha en contra de la paz de Colombia empiezan a tener resultados. Luego de la votación del plebiscito para refrendar los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC, que por un pequeñísimo margen, menos de 60 mil votos, dio como ganador a los promotores del No, encabezados por el expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, la crisis del proceso de paz empezó a ser notoria, y esta noche se agravó con la decisión del presidente Juan Manuel Santos de poner fin al cese al fuego bilateral el próximo 31 de octubre.

“Se decretó el cese bilateral y definitivo hasta el 31 de octubre y espero que, a ese momento, podamos concretar los acuerdos que nos permitan solucionar este conflicto”, anunció Santos desde la Casa de Nariño, mientras se alista para discutir con los promotores del No este miércoles los acuerdos de paz.

Las respuestas de las FARC no se hicieron esperar. “Todas nuestras unidades deben empezar a moverse a posiciones seguras para evitar provocaciones”, ordenó a los guerrilleros Pastor Alape, integrante del Secretariado, en su cuenta de Twitter, aclarando que la ubicación de las unidades en sitios seguros "es para evitar provocaciones de quienes se oponen a la paz, pero #LaPazNoSeDetiene".

En la misma red social, Carlos Antonio Lozada, otro de los integrantes del Secretariado, también se manifestó: “¿Ultimatum?”, preguntó al Gobierno al conocer la decisión de poner fecha límite al cese al fuego bilateral.

Timoleón Jiménez (Timochenko), máximo líder de las FARC, de igual manera trinó sobre el anuncio del Presidente:

"@JuanManSantos anuncia que el cese al Fuego con las @FARC_EPueblo va hasta el 31 de octubre" ¿De ahí para adelante continúa la guerra?

Ante el anuncio del Gobierno, distintas organizaciones sociales del país han rechazado que el presidente Santos haya puesto fecha límite al cese al fuego bilateral y anunciaron movilizaciones para defender los acuerdos de paz alcanzados por las partes.

FIPU PRESS | Foto: Firma de acuerdo de paz en Cartagena / Archivo Presidencia


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