No es necesario agudizar la guerra como requisito para acelerar el diálogo en la mesa, por el contrario detener estas acciones es el único gesto válido para que se detengan los ríos de sangre entre los colombianos y colombianas y se consolide la Paz.
Integrantes de la comisión de dialogo en la Habana Cuba
2015/ MAYO/ 28/ POR: CABILDO INDÍGENA DE KWET WALA DE PRADERA VALLE DEL CAUCA.
PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO SOBRE LOS DIÁLOGOS DE
PAZ DE LA HABANA

A lo largo de la historia nuestro país se ha
sumido en un desangre entre colombianos que ha dejado miles de desplazados,
masacrados, desaparecidos y exiliados cuya causa principal es la desigualdad
social. La esperanza de colocarle fin a estos largos años de violencia nunca se
ha visto tan cerca, a pesar que los procesos de dialogo están rodeados de
enemigos gremiales, políticos y manos extranjeras que no les interesa para nada
el bienestar del pueblo y quieren que el derrame de sangre continúe con más
vehemencia.
Un rompimiento de los diálogos para alcanzar
la paz entre la insurgencia y el actual gobierno, no solo dejaría la más
nefasta consecuencia para la sociedad colombiana sino que continuarían con más
fuerza todas las artimañas que en todos estos años de guerra han utilizado los
dueños del poder contra la población civil, como la persecución, el desplazamiento,
la desaparición forzada, las masacres y los falsos positivos, con el pretexto
de que en la guerra todo se vale.
Por lo anterior, hacemos el llamamiento a las
dos partes a no pararse de la mesa hasta tanto no se haya firmado la paz. Pero
es primordial para continuar los diálogos que haya un cese bilateral al fuego.
En los últimos meses la población civil fue la más beneficiada con el cese
unilateral de las Farc-ep. Con ello se detiene el inútil derramamiento de
sangre, como la muerte de los 11 soldados masacrados y los 26 guerrilleros
también masacrados, más los civiles que los medios de información no registran.
No queremos que se siembre más la
intolerancia entre los colombianos frente a la guerra, porque por un lado se
quiere mostrar ante los medios masivos de información que unos son los victoriosos
y otros los derrotados, cuando todos somos colombianos. No podemos señalar que
unos son los buenos y otros los malos, pues todas estas consecuencias son
producto de la desigualdad social. La paz que buscamos los colombianos no es
solo el silenciamiento de los fusiles, sino una paz que lleve a la igualdad real
de derechos y oportunidades.
Finalmente no es necesario agudizar la guerra
como requisito para acelerar el diálogo en la mesa, por el contrario detener
estas acciones es el único gesto válido para que se detengan los ríos de sangre
entre los colombianos y colombianas y se consolide la Paz.
Pradera valle, mayo de 2015.
COMUNIDADES INDIGENAS RESGUARDO KWET WALA.
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