La paraeconomía ha esclavizado a personas Wayúu y mestizos de un lado y del otro de la frontera por el Zulia.
09/ 09/ 2015/ POR: AGENCIA PRESA RURAL.
Entre todos los pueblos indigenas, los Wayúu son los mas numerosos en Colombia, dicho pueblo hermano, tiene las peores condiciones de de vida digna. No por que les haga falta carros o edificios u manjares en sus platos, si no por que el agua se les prohibe, las condiciones de trabajo no se ajustan a sus necesidades y contexto, como el caso que se presenta en la nota de AGENCIA PRENSA RURAL, que revela una grave situación de esclavismo moderno, que genera mas miseria y dependencia de los pillos no indigenas, eso es degradante indigno que un pueblo originario y ancestral como los Wayúu, con toda la capacidad artística cultural y manual, tenga que verse obligados a volverse contrabandistas para sobrevivir, afectando así la economía de un país hermano como Venezuela.
Hoy la CONPI, nos solidarizamos con los hermanos Wayúu, y nos comprometemos a poner nuestros corazones y espíritu en difundir e intermediar en todos los espacios para visibilizar el padecimiento del pueblo indígena del desierto colombiano.
LA NOTA DE AGENCIA PRENSA RURAL :
Cierre fronterizo en Zulia: La Guajira, esclavismo y gasolina
Se ha producido el cierre fronterizo con Colombia y el decreto de estado de
excepción en tres municipios del estado Zulia, siendo esta medida, coherente y
complementaria con el cierre que ya se decretó desde el estado Táchira. Esta
medida, amplifica los efectos de golpe contra la paraeconomía
institucionalizada y practicada en el eje fronterizo colombo-venezolano.
El cierre en el Zulia tiene un conjunto de coordenadas políticas,
económicas, étnicas, socioculturales y geográficas, bastante particulares, si
comparamos esta experiencia con lo que concierne al estado Táchira. Sobre esas
variables, la medida de protección fronteriza que ha ordenado el Presidente
Maduro, yacen también las claves de las estrategias que ahora se abren paso en
el Zulia.
El cierre por Paraguachón vía Maicao en Colombia, recrudece la visibilidad
de Colombia como país claramente estructurado sobre el capitalismo que ha
relegado al oriente colombiano al ostracismo económico, la marginalidad y la
dependencia de Venezuela por medio de actividades lícitas e ilícitas. Colombia
reprodujo dentro de su territorio un conjunto de relaciones centro-periferia
que en el caso de todo el área de influencia de la Guajira se ha expresado en
la marginalización sostenida y profunda del pueblo Wayúu.
La particularidad Wayúu
El pueblo originario Wayúu, quienes milenariamente han ocupado Colombia y
Venezuela, no conocían de líneas fronterizas hasta la consolidación de nuestros
Estados-nación. Como herederos originarios de ese territorio, han desglosado un
conjunto de relaciones socioculturales particulares que han sido reconocidas en
la Revolución Bolivariana y que han devenido en el reconocimiento de la
nacionalidad indígena, que no es exclusivamente venezolana ni colombiana, sino
Wayúu.
Basados en el principio del libre tránsito de personas, las familias y
clanes, médulas fundamentales del sistema de organización Wayuu, se han
diseminado con mayores garantías en un lado fronterizo y el otro. El comercio,
y también el contrabando, se han incorporado como realidad para el
desenvolvimiento de la vida socioeconómica en esa parte de Venezuela y
Colombia.
Relegados al abandono, a la exclusión estructural y a una pobreza acentuada
por condiciones del medio natural y la disponibilidad de recursos, los guajiros
han sido históricamente violentados por el sistema capitalista que, luego de
condenarlos a la pobreza, ha asumido su esclavización, expresada ésta ahora en
variantes de nuevo tipo como el comercio ilícito. Sólo una parte indeterminada,
pero minoritaria, de la población Wayúu ha cedido a esta esclavización de nuevo
tipo. Las condiciones estructurales de la Guajira se han atenuado mucho del
lado venezolano a partir de la rigurosa política bolivariana de atención al
pueblo indígena, pero eso no ha inhibido la esclavización del lado colombiano,
quienes también tienen la libertad de ir de un lado al otro por su origen
étnico.
Sobre el pueblo Wayúu ha caído el estigma, intentándose con esto sancionar
moralmente de manera no diferenciada a un pueblo que en su mayoría es honesto y
trabajador, ocultando además el hecho de que los actores reales de los flagelos
económicos fronterizos no son Wayúu, son “alijunas” (cuya interpretación actual
es forastero, blanco, no Wayúu). Es decir, factores poderosos de la
paraeconomía cambista, contrabandista y paraca, que operan libremente en
Colombia y que ahora asedian la economía venezolana extendiendo sus tentáculos
hasta nuestro territorio con colaboración de factores paraempresariales,
distribuidores y mayoristas en el occidente venezolano. Hablamos de factores de
poder, personas y grupos apegados al poder económico y político de Colombia, y
factores de poder en la economía venezolana.
La paraeconomía ha esclavizado a personas Wayúu y mestizos de un lado y del
otro de la frontera por el Zulia. Se han valido del libre tránsito Wayuu para
tales fines, pero también les han favorecido las condiciones del territorio
fronterizo del norte del Zulia, pues este estado no tiene las condiciones
dramáticas de la geografía que sí existen desde la Sierra de Perijá y por la
cordillera andina. El terreno llano, desértico y extenso les ha servido para
trasladar con facilidad ingentes cantidades de combustibles y productos de la
cesta básica venezolana, en una red logística que se proyecta con fuerza desde
el oeste de Maracaibo hasta bordes fronterizos naturales fluviales como el Río
Limón.
La cuestión detrás de este esclavismo, es que éste se encuentra
institucionalizado y legalmente refrendado en Colombia. Por ejemplo, existe el
Decreto 1980 de 2003 por el cual se reglamenta la distribución de combustibles
en las Zonas de Frontera del Departamento de La Guajira y se otorga a la etnia
Wayuu la autorización para “importar” combustibles desde Venezuela en sus
artículos 1ero y 2do. Esta es una ley que sigue en vigor, pese a que en estos
momentos y desde hace años Venezuela no exporta gasolina a Colombia.
Esta ley plantea el relacionamiento de Ecopetrol con cooperativas Wayúu
“importadoras” de combustible, que se registren como “terceros” o “minoristas”
ante el Ministerio de Minas y Energía de Colombia. En sus consideraciones
iniciales les reconocen como “Introductores de combustible de la frontera
colombo-venezolana” por medio de cooperativas (Ecui, Wayucoop y Coovencoma)
declarando, a su vez, que el contrabando es una realidad que ellos llaman
“nuevas condiciones de vida y trabajo” en la referida
Ley. En otras palabras, reconocen la miseria estructural de los
Wayúu y los esclavizan, tanto al servicio de mafias contrabandistas que han
tomado el liderazgo de familias Wayúu para manejar la gasolina, y a su vez
tercerizándolos para EcoPetrol.
El cierre fronterizo por el Zulia
Este cierre es bastante diferenciado al de Táchira. En la Guajira
venezolana, aunque muchos podrían beneficiarse de la actividad del contrabando,
el beneficio real para quienes allí habitan es minúsculo, es irrisorio, si
entendemos que los beneficios del contrabando son inmensos y son captados por
élites paraeconómicas en Colombia y en Venezuela. Pero no por ser minúsculos,
dejan de ser importantes para una población que muy poco tiene. Dicho de otra
manera, hablamos de que el contrabando es una actividad sensible allí, ha
creado unos vínculos de dependencia entre el pueblo estructuralmente relegado
que vive allí.
El diario zuliano La Verdad, reseñando a su
vez un trabajo especial que realizara El Impulso, se
pronunció por la probable “explosión” de la frontera si se cerraba el paso de
“La Raya”, reseñando además una supuesta frase de los caciques guajiros,
quienes en la misma nota no aparecen, no figuran, no declaran. En todo caso,
esta zona es considerada como altamente sensible en condiciones de cierre,
asumiendo que los flagelos económicos se han consolidado de manera tal, que
vitalizan las actividades de la vida en muchos ámbitos en esa zona. Implican el
flujo de dinero, pese a que el mismo contrabando destruye el flujo de
mercancías del lado venezolano.
Sopesando esas cualidades estructurales y esas contradicciones de la
economía malsana, el gobernador Arias Cárdenas viene desarrollando la
acumulación de conocimiento, como medio instrumental para el abordaje de la
zona, y han creado el Instituto de Estudios Fronterizos, dependencia de la
Gobernación del Zulia. Sus resultados dan cuenta del impacto concreto que
tendría el cierre fronterizo, de ahí que lo inmediato al cierre ha sido el
abordaje social en la zona.
El vicepresidente Jorge Arreaza anunciaba a sólo horas del cierre el
desarrollo de un plan especial del Gobierno para la zona, entiéndase:
rehabilitación de escuelas, nuevas viviendas, fortalecimiento de la cobertura
educativa de calidad, canaimitas y becas escolares, mejoras de la vialidad,
nuevas unidades de transporte Yutong, mejoras y ampliaciones en las estrategias
de abastecimiento comunitario directo, entre otras que yacen en la asignación
de créditos y financiamientos especiales para el desarrollo de actividades
económicas alternativas.
Este cierre y estas medidas sociales se realizan en simultáneo a una grave
sequía y crisis humanitaria en la Guajira del lado colombiano. En 2014 un informe de la
Defensoría del Pueblo de Colombia apuntó: “La constante del
departamento de La Guajira es el sufrimiento: de las madres que han perdido a
sus hijos e hijas; de los niños y niñas que caminan bajo el ardiente sol en
busca de agua; y del pueblo Wayúu acorralado por el hambre, la violencia y la
corrupción”. De hecho, durante este año la situación ha sido declarada de
“calamidad pública” por el mismo gobierno de Santos, y aunque en Colombia
declaran que tal calamidad se debe a los efectos de “El Niño”, cierto es
también que la construcción de la represa “El Cercado” ha secado el Río
Ranchería, uno de los pocos que atraviesa el desértico Departamento de La
Guajira en Colombia.
En otras palabras, se ha declarado el libre tránsito Wayúu en la zona, pese
al cierre fronterizo y dadas estas situaciones de genocidio en Colombia,
seguramente muchas familias Wayúu pasarán al lado venezolano. Indudablemente
así será si el Gobierno Bolivariano asume estrategias especiales de atención en
nuestra Guajira. Así debe hacerse, ese es su territorio ancestral.
Efectos esperados
El cierre fronterizo, la rigurosa ocupación de las trochas, la aplicación
del estado de excepción para desmontar nidos criminales y contrabandistas,
podrá significar la reducción sustancial del contrabando de combustibles, que
según el presidente de Pdvsa, Eulogio del Pino, en febrero de este año según declarara
al diario Panorama, podría aproximarse a los 100 mil
barriles/día, agregando que el 60% del contrabando tiene lugar desde el Zulia.
Aunque la medida excepcional abarca municipios fronterizos como Bolivariano
Guajira, Mara e Insular Almirante Padilla, el contrabando tiene una plataforma
gigantesca instalada en Maracaibo y San Francisco, en almacenes, caletas,
puntos mayoristas y distribuidores, que han sido el puerto de embarque medular a
la actividad del contrabando de productos de la cesta básica venezolana. Dicho
de otra manera, el efecto sobre el abastecimiento se hará sentir, aunado al
hecho de bloqueo de
bachaqueros de los sistemas de compras en abastos.
Las colas de gasolina en Maracaibo comenzaron a ceder desde este miércoles
9 de septiembre. Ya en Mara y otros puntos rumbo a Paraguachón se acabaron las
colas por gasolina.
En semanas, se apreciarán los efectos reales del cierre fronterizo en el
Zulia. De su consistencia y prolongación dependerán los mismos.
FUENTE : AGENCIA PRENSA RURAL
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